sábado, 21 de abril de 2012

Friska Viljor



 El tiempo para lo nuevo ha llegado una vez más. Permanecimos estancados en lo mismo por mucho tiempo que es momento de desempolvarnos y empezar a caminar. Fue díficil atreverse a saltar aquí, a lo desconocido, a la incertidumbre del futuro. Pero es imposible negar que me siento mejor ahora que he dejado esa vida a la que estaba tan acostumbrada, en paz. ¿Estoy lista para crecer? Tengo que estar lista para crecer. Estoy sola por un tiempo, voy a decidir solo por mí lo que quiero y por primera vez en mi vida, sin contemplar absolutamente a nadie más. Soy libre para poder volver a vivir. A estas alturas, nada de lo que cualquiera de los dos pueda decir, con palabras o sin ellas, ni siquiera cualquier otra cosa que se oculte, aquello que ni siquiera se expresa va a poder cambiar esta decisión que he tomado. Me iré, como quien nunca regresa. Me voy a ir de cualquier manera. Por que ahora que todo se ha acabado, visceralmente, me siento mucho mejor. Soy libre de volver a ser quien realmente soy y estoy segura que incluso, pronto, podría estar mucho más feliz. Ya no me asusta la soledad; al contrario. Mi amiga fiel que siempre tiene algo nuevo que mostrarme acerca de mí.