lunes, 25 de abril de 2011

De Reiko para el mundo, o bien… las cosas que yo jamás podré decirte.

Watanabe:

Creo que no deberías tomarte las cosas tan en serio. Amar a alguien es algo maravilloso y, si ese sentimiento es sincero, no tiene porque arrojar a nadie en un laberinto. Ten más confianza en tí mismo.

Mi consejo es muy simple. En primer lugar, si Midori te atrae tanto, es lógico que te hayas enamorado de ella. Lo vuestro puede ir bien o mal. Pero el amor es así. Y cuando te enamoras, lo normal es abandonarte a este amor. Está es mi opinión. Creo que ésta puede ser una forma de honestidad.

Midori me parece una chica fantástica. Leyendo tu carta, he comprendido por qué te sientes atraído por ella. También puedo entender que al mismo tiempo no puedas olvidar a Naoko. Esto no es ningún pecado. Cosas así pasan todos los días en el mundo. Es igual que ir en bote por un lago en un día soleado y decir que el cielo es hermoso y que el lago es bello. Deja de atormentarte por esto. Las cosas fluyen hacia donde tienen que fluir, y por más que te esfuerces e intentes hacerlo lo mejor posible, cuando llega el momento de herir a alguien lo hieres. La vida es así. 

Parece que esté aleccionándote, pero ya es hora de que aprendas a vivir de este modo. Constantemente intentas que la vida se adecúe a tu modo de hacer las cosas. Si no quieres acabar en un manicomio, abre tu corazón y abandónate al curso natural de la vida.

Por supuesto, siento mucho que lo vuestro, lo de Naoko y tú, no haya tenido un final feliz. Pero, a fin de cuentas, ¿quién puede decir lo que es mejor? No te reprimas por nadie, y cuando la felicidad llamé a tu puerta, aprovecha la ocasión y sé feliz. Puedo decirte por experiencia que estas oportunidades aparecen dos o tres veces en la vida, y si las dejas escapar, te arrepentirás para siempre.

Tu ya habías tomado una decisión antes de que Naoko muriera, ¿no es verdad? Decías que no podías separarte de Midori. Y eso no tiene nada que ver con que Naoko esté muerta. Elegiste a Midori y Naoko prefirió la muerte. Ya eres una persona adulta y tienes que responsabilizarte de tus propias decisiones. Si no, las cosas te irán mal. 

Si sientes dolor por la muerte de Naoko, siéntelo el resto de tu vida. Y si algo puedes aprender de este dolor, apréndelo. Pero intenta ser feliz con Midori. Tu dolor no tiene nada que ver con ella. Si continúas así lo estropearas todo. Aunque sea duro, trata de ser fuerte. Crece, madura.

Sé feliz. Ya te he dado todos los consejos que podía ofrecerte. No me queda nada más que decir.
Sólo que seas feliz.



Reiko Ishida.


lunes, 18 de abril de 2011

Parecemos nubes…

Parecemos nubes que se las lleva el viento cuando hay huracanes;
cuando hay mal de amores parecemos presos y como presos pensamos:
escapar uno del otro sin cometer la fuga…

Vamos a dar una vuelta al cielo para ver lo que es eterno…
Y luego vienes a buscarme.









domingo, 10 de abril de 2011

Sobre la familia; o bien, las promesas implícitas son las más difíciles de romper.

En todas las familias hay problemas que vistos desde afuera parecen insuperables. Y sin embargo, todos los días se come, se limpia, el tiempo transcurre sin demasiados dramas, uno se acostumbra a las situaciones más absurdas.

En toda familia hay una promesa implícita, incomprensible para los demás, de mantenerse unidos por mucho que se compliquen las cosas.

Si hay un equilibrio de base las cosas se solucionan; pero es necesario que haya amor.

Para que una familia se mantenga unida ha de haber cierto tipo de amor. El amor no está en las formas ni en las palabras, es una condición. Debería ser como una fuerza que se irradia. Cada miembro de la familia debe sacar su propia fuerza, pero la que consiste en dar, no en pedir, de lo contrario es un desastre y la atmósfera de la casa se convierte en la de una cueva de lobos hambrientos.

Mira mi familia: Oficialmente he sido yo quien la ha destruido, pero en realidad no he sido la única responsable. El principio del fin fue cuando cada uno de nosotros empezó a exigir sin más. En el momento crucial, cuando se debe decidir si continuar hacia adelante a pesar de todo, hace falta que haya algo. Un compromiso, dicen algunos, pero yo no lo creo así.

Amor, eso es lo que falta, el maravilloso poder de los recuerdos. Un amor lo bastante fuerte como para hacerte pensar que desearías continuar junto a esas personas.

Si perdura el deseo de respirar esa atmósfera, se puede seguir viviendo juntos.