lunes, 4 de julio de 2011

Una carta de despedida.

Ella a veces necesitaba explicar por escrito lo que pasaba…

Fui a nuestra casa, empaqué mis cosas rápido, los dos sabíamos que ese era el fin y ella trató de no estar mientras yo guardaba mis pertenencias. Cuando terminé, vi sus cosas sin las mías, me pareció verlas por primera vez, como si me encontrara en la casa de un extraño y presté mayor atención a todo…
me había dejado una carta encima de la cama…

He estado intentando convencerme de que abandonar a una persona no es lo peor que se le puede hacer. Puede resultar doloroso pero no tiene porque ser una tragedia.
Si uno no dejase nunca a nada ni a nadie no tendría espacio para lo nuevo. 
Evolucionar constituye una infidelidad, a los demás, al pasado, a las antiguas opiniones de uno mismo. Cada día debería tener al menos una infidelidad esencial, una traición necesaria, se trataría de un acto optimista, esperanzador, garantizaría la fe en el futuro. 
Una afirmación de que las cosas pueden ser no solo diferentes, sino mejores. 


Adiós.


lunes, 27 de junio de 2011

Las dos memorias…

Uno quisiera regresar el tiempo atrás y corregir los errores del pasado. No se puede.  No existe ningún hubiera que nos pueda socorrer cuando cometemos equivocaciones. Bien dicen que es tan fácil arrepentirse cuando las cosas no salen como quisiéramos. Y entonces ahí es cuando aprendemos a rezarle a cualquier fuerza sobre-humana para que nos devuelva lo que perdimos. Al final, debemos entender que sólo somos humanos.

Podría dedicar semanas enteras a soñar despierta imaginándome las infinitas posibilidades de lo que hubiera podido ser… puedo crearme en la cabeza sinfín de personajes ficticios y tener no solo una, ni dos, sino muchas más memorias… bueno, aún guardo la esperanza de que al final despertemos, nos encontremos en un elevador como dos perfectos extraños y tengamos una nueva oportunidad para hacer las cosas bien.

Pero, ¿qué son las nuevas oportunidades y para qué sirven cuándo los recuerdos son tan frescos e inolvidables? Creo que de golpearse la cabeza en el punto donde la memoria se borra, solo así, con amnesia; podríamos realmente perdonar a los demás, a nosotros mismos y quizá en algún momento, sí, darnos esa nueva oportunidad.

¿Qué se hacen con estas ganas de hacer algo para que ya no quede escapatoria alguna? ¿Qué se hacen con estas ganas de destruir brutalmente todo el pasado? ¿Es qué acaso uno debe entregarse sin más a la borrachera de debilidad, cargar con el peso y hundirse en lo más profundo?

Bienaventurados aquellos que viven con la levedad como premisa; porque solo ellos son los que pueden perdonar y continuar amando. Bienaventurados los que ya aprendieron que la vida no es más que un boceto para nada.

Final alternativo…


Watanabe encontró a Midori; después de ese tiempo ella lo vió a la cara y se dió cuenta de que con ella, se había muerto también una parte de él. Watanabe no era el mismo. Quizá ni siquiera él se había dado cuenta, pero a los ojos de Midori era incierto si él continuaba siendo el mismo hombre del que ella se había enamorado.

No sabía que pensar, ella hubiera estado dispuesta a darle todo, su vida, su tiempo, su amor; ese amor del que ella tanto hablaba, ese amor egoísta pero incondicional. Midori ha querido toda su vida encontrar a alguien que este dispuesto a entregarle todo, sin dudas ni reservas. Es lo justo, cuando alguien sufre de amores al final lo único que desea es, no un poco, sino plena felicidad.

Escuchó atentamente todo lo que él tenía que decirle; cuando quieres a alguien no puedes evitar escuchar razones, uno no puede cerrarle la puerta al que pudiera ser el amor de la vida así porque sí, por el orgullo de no desear oír lo que no se quiere.

Obviamente de la boca de Watanabe salieron todas aquellas palabras a las que Midori más temía. Naoko, aunque ausente, seguía siendo una sombra para los dos, para su amor.

Quisiera decirle algo que pudiera ayudar a aliviar esa culpa; Reiko se lo dijo mejor alguna vez, el amor cuando es honesto no debe arrojar a nadie dentro de un laberinto y bajo esa premisa… Midori decidió desaparecer para recuperar la esperanza en la humanidad, en el amor y quizá algún día… podrá ser feliz estando con alguien… o no.


lunes, 25 de abril de 2011

De Reiko para el mundo, o bien… las cosas que yo jamás podré decirte.

Watanabe:

Creo que no deberías tomarte las cosas tan en serio. Amar a alguien es algo maravilloso y, si ese sentimiento es sincero, no tiene porque arrojar a nadie en un laberinto. Ten más confianza en tí mismo.

Mi consejo es muy simple. En primer lugar, si Midori te atrae tanto, es lógico que te hayas enamorado de ella. Lo vuestro puede ir bien o mal. Pero el amor es así. Y cuando te enamoras, lo normal es abandonarte a este amor. Está es mi opinión. Creo que ésta puede ser una forma de honestidad.

Midori me parece una chica fantástica. Leyendo tu carta, he comprendido por qué te sientes atraído por ella. También puedo entender que al mismo tiempo no puedas olvidar a Naoko. Esto no es ningún pecado. Cosas así pasan todos los días en el mundo. Es igual que ir en bote por un lago en un día soleado y decir que el cielo es hermoso y que el lago es bello. Deja de atormentarte por esto. Las cosas fluyen hacia donde tienen que fluir, y por más que te esfuerces e intentes hacerlo lo mejor posible, cuando llega el momento de herir a alguien lo hieres. La vida es así. 

Parece que esté aleccionándote, pero ya es hora de que aprendas a vivir de este modo. Constantemente intentas que la vida se adecúe a tu modo de hacer las cosas. Si no quieres acabar en un manicomio, abre tu corazón y abandónate al curso natural de la vida.

Por supuesto, siento mucho que lo vuestro, lo de Naoko y tú, no haya tenido un final feliz. Pero, a fin de cuentas, ¿quién puede decir lo que es mejor? No te reprimas por nadie, y cuando la felicidad llamé a tu puerta, aprovecha la ocasión y sé feliz. Puedo decirte por experiencia que estas oportunidades aparecen dos o tres veces en la vida, y si las dejas escapar, te arrepentirás para siempre.

Tu ya habías tomado una decisión antes de que Naoko muriera, ¿no es verdad? Decías que no podías separarte de Midori. Y eso no tiene nada que ver con que Naoko esté muerta. Elegiste a Midori y Naoko prefirió la muerte. Ya eres una persona adulta y tienes que responsabilizarte de tus propias decisiones. Si no, las cosas te irán mal. 

Si sientes dolor por la muerte de Naoko, siéntelo el resto de tu vida. Y si algo puedes aprender de este dolor, apréndelo. Pero intenta ser feliz con Midori. Tu dolor no tiene nada que ver con ella. Si continúas así lo estropearas todo. Aunque sea duro, trata de ser fuerte. Crece, madura.

Sé feliz. Ya te he dado todos los consejos que podía ofrecerte. No me queda nada más que decir.
Sólo que seas feliz.



Reiko Ishida.


lunes, 18 de abril de 2011

Parecemos nubes…

Parecemos nubes que se las lleva el viento cuando hay huracanes;
cuando hay mal de amores parecemos presos y como presos pensamos:
escapar uno del otro sin cometer la fuga…

Vamos a dar una vuelta al cielo para ver lo que es eterno…
Y luego vienes a buscarme.









domingo, 10 de abril de 2011

Sobre la familia; o bien, las promesas implícitas son las más difíciles de romper.

En todas las familias hay problemas que vistos desde afuera parecen insuperables. Y sin embargo, todos los días se come, se limpia, el tiempo transcurre sin demasiados dramas, uno se acostumbra a las situaciones más absurdas.

En toda familia hay una promesa implícita, incomprensible para los demás, de mantenerse unidos por mucho que se compliquen las cosas.

Si hay un equilibrio de base las cosas se solucionan; pero es necesario que haya amor.

Para que una familia se mantenga unida ha de haber cierto tipo de amor. El amor no está en las formas ni en las palabras, es una condición. Debería ser como una fuerza que se irradia. Cada miembro de la familia debe sacar su propia fuerza, pero la que consiste en dar, no en pedir, de lo contrario es un desastre y la atmósfera de la casa se convierte en la de una cueva de lobos hambrientos.

Mira mi familia: Oficialmente he sido yo quien la ha destruido, pero en realidad no he sido la única responsable. El principio del fin fue cuando cada uno de nosotros empezó a exigir sin más. En el momento crucial, cuando se debe decidir si continuar hacia adelante a pesar de todo, hace falta que haya algo. Un compromiso, dicen algunos, pero yo no lo creo así.

Amor, eso es lo que falta, el maravilloso poder de los recuerdos. Un amor lo bastante fuerte como para hacerte pensar que desearías continuar junto a esas personas.

Si perdura el deseo de respirar esa atmósfera, se puede seguir viviendo juntos.

lunes, 24 de enero de 2011

[ pasteles de fresa o bien, un incendio de postre a cambio de tus besos ]

–Así que pensé lo siguiente:
"Conoceré a alguien que me quiera con toda su alma los trescientos sesenta y cinco días del año". Estaba en quinto o sexto curso de primaria cuando lo decidí.

– ¡Qué fuerte! –exclamó admirado– ¿Y lo has conseguido– preguntó Watanabe.

–No es tan fácil como creía– reconoció Midori. Reflexionó un momento contemplando el humo–. Quizá sea por haber esperado tanto tiempo, pero ahora busco la perfección. Por eso es tan difícil.

–¿Un amor perfecto?

–¡No, hombre! No pido tanto. Lo que quiero es simple egoísmo. Un egoísmo perfecto. Por ejemplo: te digo que quiero un pastel de fresa, y entonces tú lo dejas todo y vas a comprármelo. Vuelves jadeando y me lo ofreces "toma Midori. Tu pastel de fresa", me dices. Y te suelto: "Ya se me han quitado las ganas de comérmelo". Y lo arrojo por la ventana. Eso es lo que yo quiero.

–No creo que eso sea el amor– dijo Watanabe con semblante atónito.

–Si tiene que ver. Pero tú no lo sabes – replicó Midori–. Para las chicas, a veces esto tiene una gran importancia.

– ¿Arrojar pasteles de fresa por la ventana?

– Sí. Y yo quiero que mi novio me diga lo siguiente: "Ha sido culpa mía. Tendría que haber supuesto que se te quitarían las ganas de comer pastel de fresa. Soy un estúpido, un insensible. Iré a comprarte otra cosa para que me perdones. ¿Qué te apetece? ¿Mousse de chocolate? ¿Tarta de queso?"

–¿Y que sucedería a continuación?

–Pues que yo a una persona que hiciera esto por mí la querría mucho.

– A mi me parece un desatino.

–Yo creo que el amor es eso. Pero nadie me comprende. Para cierto tipo de personas el amor surge con un pequeño detalle. Y si no, no surge.

–Eres la primera chica que conozco que piensa así.

– Lo sé.