miércoles, 19 de agosto de 2009

[ no happy ending ]


pasaron los días… la princesa no tuvo que esperar al príncipe que supuestamente llegaría a rescatarla, aquel que se perdió en el camino, aquel que no estaba desesperado por buscarla, aquel que siempre le pidió tiempo; ella estaba presa por sus demonios internos, la única persona que podía salvarla, era ella misma. Fue valiente y se salvó… por voluntad propia, decidió esperar al príncipe “valiente”, se sentó sobre una piedra a contemplar el atardecer, después la luna, y así pasaron los días, uno tras otro, y ella no hacía nada más que contemplar el ritmo de la vida de todo lo que la rodeaba, mientras permanecía inmóvil, dejando su vida pasar. Algo la hacía sentir obligada a quedarse en esa piedra; hasta que un buen día mientras veía hacía las colinas, reconoció la sombra de un jinete en su caballo, el sol irradiaba tanto a este personaje, ella se emocionó tanto que hasta lágrimas brotaron de sus ojos, por fin, su príncipe venía a su “rescate”, sin embargo, a medida que el sol fue ocultando sus rayos pudo percatarse de que aquel príncipe no venía solo; al parecer en el largo camino que tuvo que recorrer para llegar ahí había encontrado a otra princesa que no necesariamente debía ser rescatada; con toda la diplomacia del mundo, la princesa se levantó de la piedra, se sacudió el vestido, estiró los brazos, se acomodó el cabello, tomó su espada y la lanzo justo al corazón del príncipe, terminando con ello la vida de aquel desgraciado que la abandonó en ese lugar… jaja bueno, quizá pensó en hacerlo, pero finalmente, solo suspiró, se había equivocado, no debió haber esperado tanto a aquel príncipe, de cualquier manera ni siquiera necesitaba ser rescatada por alguien, así que antes de que él pudiera verla, ella tomó su propio camino hacía su propio palacio, donde se encontraban las personas que ella más amaba en el mundo, su familia y sus amigos, durante ese camino seguramente conocerá muchas cosas nuevas, otras personas, todo eso le servirá para lograr su sueño, diseñar los vestidos más hermosos de todos los reinos, y por qué no, quizá rumbo a su castillo un príncipe valiente la encuentre y la lleve cómodamente en su carruaje a hacer sus sueños realidad…

fin

2 comentarios:

Tristán Babilonia dijo...

La princesa se vio un poco novata.
Desde que un príncipe solicita "tiempo", se comprende que no es muy valiente ni tan caballero como podríamos desear.

Aunque peor habría sido jamás darse cuenta ;)

Aura María dijo...

supongo que ella siempre lo supo, solo que se aferró a la idea de que él era su "príncipe azul" y que la historia tenía que ser "perfecta" y con "final feliz"... pero como dices... pudo ser peor que no se diera cuenta nunca.